martes, 17 de abril de 2007

Dias Cruciales

En estos días nuestros parlamentarios se verán abocados a analizar, y votar proyectos de leyes de suma importancia.Confiamos en que quienes defienden un discurso de cercanía a la gente y sus necesidades votarán en contra del proyecto del ministro Velasco, que busca acelerar la depreciación en la adquisición de bienes de capital. Dicen que ello favorecerá a los pequeños empresarios que compren tecnología de la información o renueven su camioneta, Pero, también favorecerá la compra de la nueva flota de aviones de Lan Chile. La diferencia es de varios millones de dólares entre uno y otro.Otro proyecto emblemático que causará polémica será la propuesta para modificar el sistema binominal. Ingresado en primera instancia con urgencia, los diálogos con Renovación Nacional llevaron al gobierno a quitar esta urgencia y considerar algunas propuestas de este partido, entre ellas la que de elegir popularmente a los Core. Pero, lo básico, el cambio al binominal se maneja, crece y camina por senderos sinuosos, poco claros, incluso mentirosos. Aumentar en 20 el número de parlamentarios, asegurando 5 a quien obtenga un cinco por ciento de la votación, es una medida con nombre y apellido: partido comunista. Partido, que tras ya casi dos décadas de recuperada la democracia, se rinde ante el sistema creado por el general Pinochet y acepta lo “menos malo”, es decir aceptar el proyecto de ley. Ello, si es que pasa en la Cámara de Diputados donde la mayoría de las voces “democráticas” se alzan para reclamar por la exclusión de algunos sectores del país, pero, al momento de ver en peligro su propia permanencia en el poder, en el cargo bien remunerado, no sienten la menor vergüenza en recular, hacer piruetas y tratar de dar explicaciones a lo inexplicable.Y, finalmente, viene el proyecto que termina con la Loce. Un largo texto de más de 70 páginas, reducido ante la opinión pública a dos elementos: la propuesta de término de lucro para quienes educan con recursos fiscales y el término de la selección de alumnos hasta octavo básico.Sin ser pitonisos, ni leer bolas de cristal, auguramos para este proyecto un difícil camino, si es que no se aborta en sus inicios. Se trata de un proyecto de ley deficiente en su concepción, en su redacción, en su preparación técnica. No es un proyecto de ley. Es un conjunto de principios generales, reunidos sin técnica legislativa.Se trata de un proyecto más, al igual que tantos, que seguramente irá perdiendo en su tramitación legislativa claridad, coherencia y fuerza. Desde hace bastante tiempo que se siente de menos en el país la elaboración de leyes formuladas con una alta técnica legislativa. Se siente de menos una coherencia en el cuerpo legal general. ¿Cuántas normas se superponen unas sobre otras? ¿Cuántas se contradicen?Pero lo fundamental en la ley que busca terminar con la última ley del régimen militar es que fue realizada como respuesta a una presión, la de los pinguinos. Y todos sabemos que cuando se trabaja con presión y temor, lo más probable es que se comentan errores. Esto representa la norma elaborada. Se cambia un poquito de aquí, otro poquito de allá, y se introduce una que otra audacia para tratar de dar gustos a todos. Y ya sabemos que cuando se trata de dar gusto a todos, se termina peleando con todos.¿Qué esperábamos? Una real reforma, Fuerte, valiente, decidida. Otorgar un rol protagónico al Estado, regionalizar la educación, hacerla universal, de calidad, que responda a los desafíos regionales, de país y frente a la globalización. Ello porque se hizo un proyecto de ley que no espantara tanto a la derecha (no lo lograron) y se convirtiera en un “dulce” para los jóvenes, tampoco lo lograron. ¿Qué pasa en Chile?¿Es que no se pueden hacer las cosas bien? Parece que no.
Revista Impacto

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